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Los efectos de la primavera en nuestro cuerpo.

    Ligados al "Relój Circadiano"

A partir de las 23:45 de esta noche, se alterará nuestra sangre, y algo más. La llegada de la primavera, con su notable mejoría en el tiempo, el aumento de las temperaturas, el alargamiento de los días y la posibilidad de hacer más planes y disfrutar de actividades al aire libre, suele animarnos más que cualquier otra época del año. «La primavera significa más horas de luz y, por lo tanto, movilización de hormonas que favorecen un estado de ánimo positivo. Por ejemplo,
en países como Finlandia que tienen periodos de seis meses sin luz tiende a haber más depresión e incluso se intenta favorecer un mejor estado de ánimo con luz artifical», explica Antonio Caño, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés. Es el sol en gran medida el responsables de los cambios hormonales que favorecen una mayor actividad sexual. «No son cambios hormonales y emocionales, son también conductuales. Si en vez de 10 grados hay 22, toda la gente estaría en la calle disfrutando de tiempo de ocio», apunta Caño. 

Aunque pueda parecer paradójico, esta mejoría meteorológica imprime una huella negativa en algunas personas, en las que provoca cansancio, tristeza y falta de energía: es la conocida como astenia primaveral. Darío Fernández Delgado, médico de familia del centro de salud Los Ángeles, aclara que no se trata de una enfermedad. «Es una adaptación del cuerpo a los cambios de temperatura y humedad. Este trastorno también ocurre en otoño, y se le llama depresión postvacacional. La causa puede ser nuestro reloj circadiano, que necesita un tiempo para adaptarse a los cambios de luz». En estas fechas se alargan los días, se adelanta la hora y nos acostamos más tarde. «Esto produce síntomas como tristeza, irritabilidad, falta de concentración, menos apetito, menor deseo sexual y baja tensión». Fernández advierte de que se trata de una situación leve, que dura solo un par de semanas. Indica, por ello, que no hay que tomar fármacos y que no es necesario visitar al médico. Sin embargo, «si se acompaña de fiebre, pérdida de peso, si aparece sangre en las heces, o se siente tristeza tipo depresión, entonces sí hay que acudir a un profesional».

No «demonizar» al sol

Como apunta Antonio Caño, «a las personas les alegra poder quitarse la ropa, el buen tiempo, el calor y el sol». Desde un punto de vista médico, Isabel Lungo, dermatóloga del hospital Gómez Ulla, aclara que no hay que «demonizar» al sol. «Está implicado en el metabolismo de la vitamina D, que tiene efectos sobre la inmunidad. También produce vasodilatación reduciendo la tensión arterial y libera endorfinas actuando sobre el humor». Sin embargo, advierte de que hay que tener cuidado con esta estación, que es cuando empiezan las primeras exposiciones y solemos protegernos menos de la radiación. «La erupción solar polimorfa o erupción lumínica afecta sobre todo a mujeres jóvenes y aparece con la primera exposición». Puede presentarse en forma de erupción, granitos, ampollas o lesiones más grandes. Lungo explica que aparece sobre todo en la zona del escote, los antebrazos, brazos y también la cara. «En días de mucho sol, la gente se sienta en la terraza y se puede llegar a quemar». Por ello, pide sentido común. «Lo malo es la falta de equilibrio, intentar ponerse moreno en dos semanas y tumbarse al sol para ello».

Polinización

Es esta, además, la época en la que la mayoría de la plantas empiezan el proceso de polinización. «Han aumentado las enfermedades alérgicas en todo el mundo occidental. Han aparecido alérgenos nuevos y también ha aumentado la frecuencia de las alergias», señala Gabriel Gastaminza, alergólogo de la Clínica Universidad de Navarra.
Pero, pese a este aumento, cada año se hace una predicción de los niveles de polénes que variarán en función de la temperatura y las precipitaciones de los meses de otoño e invierno que determinan en gran medida cuánto nos molestará el polen. «Desde el comienzo de otoño hasta hoy las lluvias en España han sido un 6% por debajo de la media habitual. Pese a algunas diferencias geográficas, sin disponer de los datos de precipitaciones del mes de marzo, podemos aventurar que la próxima primavera será algo más leve en cuanto a los niveles de pólenes de gramíneas, que el año anterior», adelanta Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de la Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). En España nos «amenazan» seis tipos de plantas capaces de producir problemas alérgicos: las gramíneas, el olivo, las cupresáceas (como el ciprés y la arizónica), el plátano de sombra, la salsola y, por último, la parietaria.

1 comentario:

  1. No sabía de la influencia de la primavera en nosotros los humanos pero si tengo muy claro la importancia de recibir las caricias del sol ojalá todos los dias - sin abuzar claro está .

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